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Aunque también sacerdotes y profetas erraron al embriagarse con sidra y con vino; fallaron en la visión y tropezaron en el juicio; actuaron tontamente, aturdidos por el vino y por la sidra. Todas sus mesas quedaron llenas de vómito y de suciedad; ¡no quedó un solo lugar limpio! ¿A quién quieren enseñar? ¿A quién le imparten revelaciones? ¿Acaso a los destetados, a los que han dejado el pecho?

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